Debajo de una revista
se escondió mi gato Dante
y lo encontré en un instante
porque ya tenía una pista.
De letras no entiende nada,
mascar papel le da náuseas
pero adora que lo veas
cuando salta en la mesada.
Se duerme sobre un tapete
con una almohada rosada.
Si se aburre usa un chupete
que le aumenta la papada.
Gran señor bajo la Luna
juega a que le hace ojitos,
maullándole hasta la una
con un montón de gatitos.
¿Será que se ha enamorado
que al cielo no quita el ojo?
Los lunes, gruñe embobado
y los viernes anda cojo.
Debajo de una revista
se escondió mi gato Dante,
le convidé un vigilante
¡no hay modo que se resista!
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