jueves, 23 de agosto de 2012


OSO PANDA EN LAS NUBES

Los osos pandas poseen,
para su supervivencia,
una glándula que genera ternura...
De “Pequeñas teorías sobre el comportamiento
 Animal (y otras anécdotas)”.de Andrés Sorbino.-


I
Oso Panda se trepó al árbol con el firme propósito de no volver a bajar al menos, por el resto de ese día. Sus amigos eran pocos, eran buenos, eran divertidos y su familia grande; grande pero dispersa. Nadie parecía darse cuenta que el no estaba contento. Y el asunto era que a simple vista, no había motivos para que no lo estuviera. El era un oso muy reservado; el corazón le lloraba a menudo y sus lágrimas caían a través de esos ojos tan lindos que no paraban de pestañear.
Pero Oso Panda sólo lloraba cuando las nubes del cielo tenían mucho frío y se amontonaban en el cielo provocando la lluvia. Así, nadie se daba cuenta de su tristeza y  tampoco nadie le preguntaba cosas sobre las que no quería hablar.
 
-        ¡Oso Panda! – le gritó una voz desde abajo.-

Ensimismado como estaba en sus propios pensamientos, se asustó tanto que sus patas delanteras perdieron fuerza y creyó que se caería. Era su primo Ojos Cerrados.
Así lo llamaban porque no tenía las acostumbradas manchas negras que semejaban parches en su cara, cubierta por completo por un pelaje blanco que a lo lejos, hacía que se viera siempre como si anduviera con los ojos cerrados.

-        ¿Qué quieres? – le gritó enojado por el susto que le había dado - ¿porqué te presentas así y encima me gritas?.. .-
-        ¡ahh bueno! Parece que tienes un mal día ¿no?... ¡perdón! –le contestó Ojos Cerrados con cierto aire burlón.
Y entretanto pensaba, “quién se creía ese oso ermitaño; ¿acaso un rey?”.-
-        Te he estado buscando para que me acompañes a buscar algunos huevos para la merienda... –
-        ..grrrr grrrr ..mmm no, no. Ve tu solo. Estoy muy cansado...-
-        Ufa, dale…¿qué te cuesta? ¿De qué cosa puedes estar tan cansado si has estado ahí arriba todo el día. No seas así. Dale, porfi ... –
-        Grrrr ... grrrr ... uffff ... está bien – contestó entonces Oso Panda sintiendo que no podría deshacerse de su  meloso  primo excepto que lo acompañara al menos un ratito.-

Allí fueron entonces los dos osos, en busca de huevos para la merienda y cuando estaban de regreso, Oso Panda preguntó:

-        ¿cómo haces para estar siempre tan de buen humor y gracioso? ¿Nunca sientes ganas de romper toda la plantación de bambúes de un solo zarpazo?
-        Pues, sí, a veces. Claro... –Ojos Cerrados lo miró algo incrédulo – como todos los seres del mundo imagino;   pero, ¡no seas tan gruñón! Te caerán mal los huevos...jejeje. Parece que tuvieras cerrada tu  fábrica de ternura primo ...-
-        ¿fábrica de ternura? – preguntó Oso Panda con cara de nada...- ¿de qué rayos hablas?-


II
Ya hacía más de media hora que su primo Ojos Cerrados se había marchado. No había contestado su pregunta. Sólo sonreía como embobado, repitiendo que tenía que “relajarse y reabrir la fábrica”. Finalmente se marchó y Oso Panda, aún continuaba preguntándose que le habría querido decir.-

Se preguntaba y se preguntaba y en eso, sintió  un extraño sonido que parecía venir desde las ramas más altas del bambú. Se asomó y pudo ver que se trataba de un pájaro, uno muy raro por cierto, que se acomodaba las plumas de su ala izquierda. “¿Qué pájaro será ése?”, se preguntó. Nunca había visto uno parecido.

-        Hola...- dijo entonces, sintiendo que sus mejillas peludas se encendían como cuando el sol lo sorprendía dormido en las mañanas.
-        Hola... - contestó el pájaro  -  soy Chispita, ¿y vos? –
-        Yo pregunté primero... ¿qué  haces en mi bambú?¿qué clase de pájaro eres?-
Oso Panda no había dejado que ella terminara de presentarse.
- ...nunca había visto un ave como tú por aquí – continúo luego de observarla un poco más -... ahh y yo me llamo Oso Panda...-  dijo por último.
-        ¡Bueno!, ¿ahora puedo hablar yo? – le preguntó ella con picardía.-
-        Primero, soy una gaviota; segundo, no sabía que éste era “tú bambú”, discúlpame y por último, sí, supongo que debo ser rara para ti. No creo que por aquí pueda tener parientes.
... estoy perdida sabes – continuó Chispita - me dolían tanto las alitas que me caí de una nube en pleno vuelo. Eso me pasa por ser tan curiosa. Y terca...-

Oso Panda quería hacer otras preguntas pero no pudo hablar. Al escuchar a la gaviota, comenzó a sentir una sensación rara en el estómago. Algo así como si hubiera estado encerrado por mucho tiempo y de repente, se abrieran puertas y ventanas, dejando escapar montones de aire fresco envolviéndolo con una  intensa y tibia luz.
Hizo un esfuerzo y miró a la gaviota, quien al ver esos ojitos tan redondos, tan profundos, experimentó una infinita ternura y descubrió que ya no le dolían las alas. Sintió que el sol de pronto la abrazaba muy fuerte, entregándole todo su calor.

-        ¿te caíste de las nubes? – pudo preguntar por fin Oso Panda.
-        Bueno sí, algo así ... – le  explicó Chispita – es una manera de decir que venía volando tan distraída que perdí el rumbo, ¿entiendes?.  Soy un pájaro algo torpe y tal parece que ni siquiera puedo volar sin equivocarme...-
-        Todo los seres se equivocan; no te sientas mal por eso... – le contestó Oso Panda sin comprender muy bien de donde le venía esa actitud tan sabia y paciente.

Se estaba haciendo de noche y sin embargo, él tenía la sensación que el sol seguía muy alto, entibiando el aire y también su pelaje frío.
Por su parte Chispita, no podía dejar de pensar que ese oso tan grandote y sin embargo tan amable que apenas conocía, la protegería de cualquier peligro. Sentía una maravillosa y desconocida sensación de paz

-        ¿crees que podría quedarme a pasar la noche contigo? – le preguntó entonces a su nuevo amigo – No te molestaré, lo prometo. Soy pequeñita y me puedo acomodar en cualquier ramita. ¡Hace tanto frío!...  y la verdad es que estoy cansada de andar solita de aquí para allá...-
Antes de contestarle, Oso Panda levantó la vista y observó la luna. Grande, blanca, redonda y ¿acaso la luna se estaba riendo?.

- Por supuesto que puedes quedarte – comenzó a decir Oso Panda sintiendo que de sus ojos caían varias gotitas  (“que raro porque no llovía”) - quédate todo el tiempo que quieras.-


Epílogo
Y más tarde, mientras la gaviota dormía profundamente, deseó, saboreando sus lágrimas como si fueran miel, “quisiera que te quedes para siempre...”.-
Y saben que sí; Chispitas se quedó y desde ese momento, ella y Oso Panda compartieron no solamente el bambú sino sus días, sus alegrías y sus tristezas. Para muchos era una relación algo extraña, ¿una gaviota que dormía en un bambú? ¿Un Oso Panda que más que treparse parecía que andaba, “en las nubes”?
Y sí; en el mundo a veces pasan cosas raras; feas, lindas, tristes, alegres, locas o cuerdas y también maravillosas, como que la felicidad no dependa de ser de aquí o de allá, de volar o trepar, de cantar o gruñir sino simplemente, de quererse.-

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